Cómo disfruto estos días entre la Navidad y la Noche vieja. Terminó la agitación de los preparativos navideños. Todo está en calma. Nuestro ánimo sigue festivo, pero ya no salimos mucho ni tenemos compromisos. Afuera, nieva por momentos y luego la nieve va convirtiéndose en lluvia. El cielo está gris y hace frío. No dan ganas de salir a la calle; preferimos arrellanarnos en el sofá o en el sillón, cada uno con su lectura. Dom prepara té; ponemos un CD de jazz o de música de temporada (sobre todo Bach y Haendel este año) y volvemos a nuestro libro. Así pasamos la tarde, entre charla y lectura. Así transcurren estos últimos días del año: lentos, tranquilos, domésticos.
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