En los países de habla francesa, la rentrée es el momento en el que las actividades normales, económicas y académicas, retoman su curso tras la larga pausa estival.
No se trata únicamente del regreso a clases. El concepto tiene un significado cultural considerable; es un periodo que anuncia que terminaron las vacaciones y que empieza el año académico y es, en lo profesional, el periodo de trabajo más intenso.
La rentrée coincide con el inicio del otoño. Cada rentrée, las tiendas sacan nuevos catálogos; los autores publican sus obras más recientes; las librerías se llenan de novedades literarias (esto se conoce como rentrée littéraire) y la gente hace provisión de lectura para las largas tardes de otoño y de invierno, cuando los días serán más cortos y el frío invitará a quedarse en casa con un buen libro.
La rentrée se extiende hasta octubre. En Francia, en los primeros días de noviembre, se galardona cada año al ganador del prestigioso premio Goncourt de literatura.
Con la rentrée de septiembre, a menudo tengo la curiosa sensación de que otro año comienza a mitad del año. Respecto a esto, la escritora estadounidense Sarah Ban Breathnach sugiere en su libro Simple Abundance (publicado en español como El encanto de la vida simple) hacer propósitos personales en septiembre. “La belleza de los propósitos otoñales” -dice la autora- “reside en que nadie más conoce su existencia. Son propósitos sobre las necesidades auténticas que versan sobre lo que quisiéramos aumentar o disminuir en nuestra existencia para amar la vida que llevamos”.
Así, me preparo ya para la rentrée 2009, que en mi caso será dentro de pocos días, cuando empiezo el último año del Máster en Traducción. La de Dom fue la semana pasada, cuando volvió a ver a sus alumnos. Una nueva rentrée es una nueva oportunidad para retomar viejos proyectos o para inventarnos otros
No se trata únicamente del regreso a clases. El concepto tiene un significado cultural considerable; es un periodo que anuncia que terminaron las vacaciones y que empieza el año académico y es, en lo profesional, el periodo de trabajo más intenso.
La rentrée coincide con el inicio del otoño. Cada rentrée, las tiendas sacan nuevos catálogos; los autores publican sus obras más recientes; las librerías se llenan de novedades literarias (esto se conoce como rentrée littéraire) y la gente hace provisión de lectura para las largas tardes de otoño y de invierno, cuando los días serán más cortos y el frío invitará a quedarse en casa con un buen libro.
La rentrée se extiende hasta octubre. En Francia, en los primeros días de noviembre, se galardona cada año al ganador del prestigioso premio Goncourt de literatura.
Con la rentrée de septiembre, a menudo tengo la curiosa sensación de que otro año comienza a mitad del año. Respecto a esto, la escritora estadounidense Sarah Ban Breathnach sugiere en su libro Simple Abundance (publicado en español como El encanto de la vida simple) hacer propósitos personales en septiembre. “La belleza de los propósitos otoñales” -dice la autora- “reside en que nadie más conoce su existencia. Son propósitos sobre las necesidades auténticas que versan sobre lo que quisiéramos aumentar o disminuir en nuestra existencia para amar la vida que llevamos”.
Así, me preparo ya para la rentrée 2009, que en mi caso será dentro de pocos días, cuando empiezo el último año del Máster en Traducción. La de Dom fue la semana pasada, cuando volvió a ver a sus alumnos. Una nueva rentrée es una nueva oportunidad para retomar viejos proyectos o para inventarnos otros
Amo lo de propósitos otoñales; trataré de conseguir el libro!
ResponderEliminarMi rentrée de este año, es crusial para mi vida. Empiezo una nueva etapa lejos del lecho materno y aprendo a volar con mis propias alas. Todo comienza en el mes de Octubre cuando me mudo a Durango por un par de meses, una pequeña escala antes del resto de MI vida, MIA solamente, como individuo, valiendome por mi misma. Despues Guadalajara (en Enero) a seguir mi sueño de convertirme en diseñadora.
ResponderEliminarDeseenme suerte!