Volví a ver Rouge, de Krzyrztof Kieslowski. Me gustó tanto o más que en 1994, cuando la vi por primera vez en el cine Latino, en la avenida Reforma de la Cd. de México.
De Rouge recordaba la trama, pero no en dónde se desarrolla. Qué sorpresa descubrir que se filmó en Ginebra. Los lugares de la película me son ahora muy familiares –quién lo hubiera imaginado hace tantos años−. Aparte de esto, la historia es, como todas las de Kieslowski, poderosa e intensamente humana. En Ginebra, dos estudiantes vecinos que no se conocen, Valentine (la maravillosa Irène Jacob) y Auguste (Jean-Pierre Lorit) se cruzarán muchas veces en su deambular por la ciudad, sin llegar a conocerse. La vida de Valentine se entrecruzará también por azar con la de un juez retirado y solitario (magistral interpretación de Jean-Louis Trintignan), que ha podido dar cuenta durante toda su vida de la naturaleza humana y ahora vive recluído en su casa, desde donde se dedica a espiar las conversaciones telefónicas de sus vecinos.
Rouge fue el tercer capítulo de la trilogía Trois Couleurs, inspirada en los colores e ideales de la Revolución Francesa, que Kieslowski, el gran cineasta polaco, filmó un poco antes de que su muerte repentina y prematura (a los 55 años), ocurrida el 13 de marzo de 1996, nos privara para siempre de su sensible visión del mundo.
Rouge trata sobre todo de la relación entre el juez, un hombre sombrío, casi misántropo y la luminosa Valentine: una relación que los cambiará a ambos. Como en Bleu (1992) y en Blanc (1993), el color es un hilo conductor de la historia y un elemento visual muy importante. El rojo es omnipresente en la película: el auto de Auguste, el café del barrio, los interiores, la iluminación de la calle o el enorme cartel publicitario en el que aparecerá Valentine.
En Rouge, al igual que en La doublé vie de Véronique, el ser humano parece estar a merced del destino, aunque no siempre como fatalidad, como la última escena de la película parece demostrárnoslo.
Qué gran cineasta era Krzyrztof Kieslowski. Al morir, dejó inconclusa una trilogía llamada Cielo, Purgatorio e Infierno.
Qué gran cineasta era Krzyrztof Kieslowski. Al morir, dejó inconclusa una trilogía llamada Cielo, Purgatorio e Infierno.
Tiene años que vi la trilogía y recuerdo haberla disfrutado mucho. La música de Zbigniew Preisner siempre me inspira a escribir.
ResponderEliminar(También me encantó La Doble Vida de Verónica)
Creo que Morgan nunca ha visto la trilogía, es excusa perfecta para verlas otra vez.
Hola mi querida Cyn hasta ahora te descubro en esta faceta, vaya que soy distraída. Como siempre me encanta tu pasión y tu gran forma de compartir tus muchas experiencias. Muchas gracias. Besos
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