lunes, 4 de enero de 2010

Nieva otra vez


Amaneció nevando este lunes de regreso a las actividades normales. Dom me despertó en la mañana sonriendo y me dijo: “mira por la ventana”; fue mi primer regalo del día. La nieve nunca dejará de maravillarme, a pesar de que vivo aquí desde hace seis años, siempre me sorprenderá despertar una mañana, asomarme por la ventana y ver que mientras dormía, el mundo se transformó.

Aunque la nieve invita a quedarse casa, esta mañana pasé un par de horas en la biblioteca de la universidad. A mediodía, por el simple gusto de sentir los frescos copos de nieve cayéndome en el rostro -y porque es mi cumpleaños- me encontré con Dom en el parque; paseamos un rato y antes de regresar a casa entramos a una pastelería por un moelleux au chocolat para compartir más tarde con una buena amiga. Hubiera querido seguir paseando, pero con el frío es imposible permanecer mucho tiempo fuera. Ya estamos en casa y sigue nevando en la ciudad, en mi barrio, en mi cumpleaños.



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