El mundo ha cambiado desde la última vez que estuve frente a un grupo de estudiantes; yo misma he cambiado. El contexto y las personas son distintos. Hasta hace muy poco resultaba inimaginable que un traductor tuviera acceso instantáneo a glosarios, bancos terminológicos de instituciones de todo el planeta, o que, en clase, los estudiantes, pudiesen buscar y verificar lo que acababa de decir el profesor mediante una tableta conectada a internet. En nuestra época hiperinformatizada en la que la información se encuentra a un clic de distancia, me parece que la labor del docente será quizá menos la de impartir conocimientos que ayudar al alumno a estructurar y a jerarquizar estos; enseñarlo a contextualizar ese cúmulo de información.
lunes, 17 de septiembre de 2012
Nuevos comienzos
Hoy empieza un nuevo año académico en el que por primera vez después de largo tiempo estaré del otro lado en el salón de clase; no como estudiante, sino como docente, como lo fui alguna vez. Es un nuevo reto que además de entusiasmarme, me hace revivir mi antigua vida, aquella anterior a mi vida en Suiza.
El mundo ha cambiado desde la última vez que estuve frente a un grupo de estudiantes; yo misma he cambiado. El contexto y las personas son distintos. Hasta hace muy poco resultaba inimaginable que un traductor tuviera acceso instantáneo a glosarios, bancos terminológicos de instituciones de todo el planeta, o que, en clase, los estudiantes, pudiesen buscar y verificar lo que acababa de decir el profesor mediante una tableta conectada a internet. En nuestra época hiperinformatizada en la que la información se encuentra a un clic de distancia, me parece que la labor del docente será quizá menos la de impartir conocimientos que ayudar al alumno a estructurar y a jerarquizar estos; enseñarlo a contextualizar ese cúmulo de información.
Mis alumnos serán nativos digitales. Yo, inmigrante digital. Interesante cambio de perspectiva que en unos días tendré oportunidad de descubrir.
El mundo ha cambiado desde la última vez que estuve frente a un grupo de estudiantes; yo misma he cambiado. El contexto y las personas son distintos. Hasta hace muy poco resultaba inimaginable que un traductor tuviera acceso instantáneo a glosarios, bancos terminológicos de instituciones de todo el planeta, o que, en clase, los estudiantes, pudiesen buscar y verificar lo que acababa de decir el profesor mediante una tableta conectada a internet. En nuestra época hiperinformatizada en la que la información se encuentra a un clic de distancia, me parece que la labor del docente será quizá menos la de impartir conocimientos que ayudar al alumno a estructurar y a jerarquizar estos; enseñarlo a contextualizar ese cúmulo de información.
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