domingo, 27 de marzo de 2011

Sentirse en casa

Una siente que por fin se ha adaptado a su país de adopción cuando espera impaciente la primavera y los primeros rayos de sol. Y como nunca soportó mucho el calor, piensa que el clima es perfecto aunque el termómetro marque apenas 10° C. Una se siente de aquí cuando con el primer rayo de sol ya está soñando con días de campo o con leer en el parque.

Una se siente parte de esta cultura al cumplir con el ritual de quitar de los clósets la ropa de invierno y reemplazarla por la de entretiempo. La de verano la sacará más tarde, en junio.

Se siente una de acá cuando su círculo de amigos empieza a expandirse y de pronto tiene varias invitaciones a cenas, aperitivos o reuniones diversas. Cuando, al regresar de algún viaje a la ciudad en la que ahora vive, siente que vuelve a casa. Cuando empiezan a parecerle familiares las costumbres y los horarios de su nuevo país, y le parece lo más normal del mundo que los domingos las tiendas permanezcan cerradas.

Al cabo de varios años, una por fin se siente en casa.

viernes, 25 de marzo de 2011

L’Arbre à talents, café-galería

arbretalents
La otra noche, al regresar a casa después de cenar fuera con una amiga, Dom, nuestra amiga y yo pasamos por una galería que aunque ya estaba cerrada a esa hora, llamó nuestra atención no solo por los cuadros expuestos, sino por lo que se leía en letras blancas sobre el vidrio del escaparate: “obras de arte desde 20.-hasta 5000.- CHF”(francos suizos).
Pasamos un largo rato contemplando las obras, que se podían ver difícilmente con la poca luz nocturna. Nos encantó un paisaje urbano que mostraba la plaza Bourg-de- Four de Ginebra. Me prometí volver lo antes posible para ver de cerca las obras. Hoy viernes en la mañana, volví a la galería. Al principio me sentí algo tímida, pues yo era la única visitante; pero en seguida me sentí a gusto. Pasé una hora viendo acuarelas, aguafuertes, serigrafías y reproducciones varias. El encargado del establecimiento (o quizá sea el dueño), un señor de unos cincuenta y tantos, muy amablemente me explicó el concepto de L’Arbre à talents (así se llama la galería): se trata de un proyecto que tiene por objetivo dar a conocer a artistas de la región de Ginebra , Lausana y alrededores; acercar el arte contemporáneo a gente que en general no visita galerías de arte y algo novedoso es que no solo se pueden comprar obras, sino también pueden alquilarse, según me explicaron. Se firma un contrato, y uno se lleva a su casa un cuadro por varios días, varios meses o por un año. Si le gusta y desea comprarlo, le restarán lo que ya pagó de alquiler.
La autora de la ilustración que nos había gustado tanto a Dom y a mí se llama Marion Jiranek. Es una artista visual suiza quien que ya soy admiradora después de haber visto su serie sobre Ginebra. Tal como se lee en el anuncio, los precios en L’Arbre à talents son muy asequibles, así es que pude darme el gusto de comprar una reproducción firmada por la autora (ver foto), sin arruinarme y por menos de lo que costaría une salida a cenar.
Además de galería, L’Arbre à talents también es un pequeño café. Me quedé un buen rato escribiendo en mi libreta tomando mi café a pequeños sorbos, rodeada por inspiradoras imágenes.

L’Arbre à talents Café Galerie
36 bd Carl-Vogt-1205 Genève