Me es imposible pasar frente a una librería sin entrar en ella; sin pasar por lo menos un rato hojeando libros y comprar alguno. Aunque disfruto las grandes librerías con sus vastas estanterías, libros bien organizados en diferentes secciones y cómodos sillones en los que una puede pasar horas leyendo, prefiero las librerías de segunda mano o las librerías más pequeñas. Las librerías de segunda mano, o “de viejo” como las llamamos en México, poseen un encanto especial para mí, las veo como valientes resistentes de una época que pronto será memoria, como lugar de encuentros fortuitos y afortunados entre lectores y libros, como cavernas de Alí Ba-ba repletas de objetos preciosos. En Ginebra hay varias y en sus estantes he hallado tesoros: libros que había buscado por años y que una tarde, de pronto, al fin, como por azar, he encontrado. Un libro usado aquí cuesta una mínima fracción del nuevo (¡por fin, algo en Suiza que no es caro!). La mayoría de los libros usados son recientes y cambian a menudo. Hay una rotación diaria, según me explicó una librera de Caritas, la librería que más frecuento y que está en mi barrio, a unas cuadras de distancia de casa. Además de libros en francés, en Caritas encuentro libros en inglés, en español, en italiano, en alemán. Todas estas librerías me han permitido seguir alimentando mi biblioteca personal.
Hace poco descubrí la maravillosa y surtidísima La Trocante, que todavíano he podido explorar a mi antojo y mi amiga Liz me hizo descubrir en París, Silly Melody, otra librería excelente en pleno Quartier Latin, con títulos y precios sin igual.
Me gustan las librerías de segunda mano, me entusiasma que la cultura circule y se recicle, que llegue a manos de todos. En esta época de Kindles y demás artilugios de lectura electrónicos que amenazan con acabar con el libro impreso en papel (en otro post ya escribiré sobre este tema que me inquieta), iré haciendo mi acopio de libros en Caritas, La Trocante y en las demás librerías de segunda mano de mi ciudad.Caritas- libros de segunda mano (excelente colección),
47 rue de Carouge. Genève.
Librairie La Trocante, 15 bis rue des Gares, Genève 1201
¡¡Ya sé a dónde te llevaré cuando vengas a Vancouver!!
ResponderEliminarSé que me encantará :)
ResponderEliminarmmm... al leerte encuentro un sentimiento compartido, ese sentimiento y ese gusto por los libros que heredamos de las hermanas Bernal, con la que crecimos, y así crecimos, en un lugar lleno de libros viejos que ambientaban nuestros juegos de niñas,ese olor a libros, el color del papel, el polvo, etc, ese amor a un libro, abrir un libro viejo y empezar a leerlo, no es lo mismo que uno nuevo, un libro leido por mas de dos personas, transmite un sentimiento muy, muy especial, algo inexplicable que solo se comparte con quien a vivido entre libros...
ResponderEliminarQué razón tienes, hermanita... sí, crecer en ese ambiente privilegiado (no en dinero, sino en libros)nos enriqueció para toda la vida!
ResponderEliminarHola Cynthia, como siempre leyendo y escribiendo. Esta es tu vida. me alegro. Espero localizarte!!! Horacio
ResponderEliminarHola Cynthia, me llamo Fernanda, soy de Buenos Aires, caí de causalidad en tu blog ya que proximamente estaré por tres o cuatro semanas en Ginebra, y quería investigar si existe algún centro gratuito o "casi" donde estudiar francés,mi novio vive y es de allá. No sé si es una idea muy romántica de que este lugar exista, pero sería de muchisima ayuda tener algún contacto.He aprovechado para leer tus entradas, ha sido muy ameno leerte. Un abrazo desde este invierno argentino!
ResponderEliminarHola,
ResponderEliminarLlegué a Ginebra hace unos meses, estaba buscando una librería de segunda mano y por casualidad he encontrado tú post.
Muchas gracias por tú ayuda.
Un saludo.